El subcomisario es recordado porque a su corta edad era el comandante de la estación de Policía del corregimiento de Vegalarga. En el año 2000 fue atacada por 350 guerrilleros y solo 18 uniformados la defendían.
Noticias Neiva.
Hace algunas horas se conoció el cruel asesinato de Orlando Franco Torres, un subcomisario de la Policía Nacional que disfrutaba de su retiro en la ciudad de Neiva.
El ex-uniformado fue atacado por dos delincuentes, que de acuerdo a lo manifestado por las autoridades de la ciudad, lo hicieron por robarlo.
Se conoció que los hechos se presentaron en plena vía pública en el barrio Las Palmas, oriente de la ciudad.
Por donde Franco se encontraba transitando y haciendo una entrega de «tienda a tienda», labor a la que se había empezado a dedicar luego de su jubilación.
Sin embargo en medio de dicha diligencia, el ex uniformado fue abordado por delincuentes que por robarle el dinero del producido de su negocio, le dispararon.
Orlando intentó forcejear pero fue herido en varias oportunidades.
Tras el ataque fue auxiliado por la comunidad y trasladado a un centro asistencial, pero infortunadamente falleció.
Los atacantes huyeron del lugar.
Lo recuerdan como un héroe
La vida del subcomisario Orlando Franco Torres hace parte de la historia del conflicto armado del país.
Él era el comandante de la Estación de Policía del corregimiento de Vegalarga, en Neiva -Huila cuando esa al igual que otras en el país eran objetivo militar de la extinta guerrilla de las FARC.
Para finales de los 90 e inicio de los 2000 esa región fue blanco de varios ataques, hostigamientos y acciones terroristas.
Uno de los más recordados se presentó el miércoles 19 de julio del 2000, cuando pasadas las 7:00 de la noche más de 350 guerrilleros de los frentes 23 y 47 atacaron la estación.
Franco Torres y otros 17 uniformados la defendieron; un número bastante reducido en comparación a la cantidad de subversivos que perpetraron el ataque.
Durante el hostigamiento la guerrilla «destruyó 38 casas con unos 50 cilindros de gas lanzados desde el Centro de Salud y tras el ataque, ocho personas resultaron heridas, entre ellas un niño de 6 años y el subintendente Orlando Franco, comandante de la estación policial», como publicó en su edición de esa fecha El Tiempo.
En el pueblo ese día solo quedaron los 18 policías y tres familias que decidieron no irse.
Pues el día anterior sobre las 2 de la tarde alrededor de 1.700 personas que representaba el 90% de la población decidió huir hacia Neiva y otras zonas, trataban de escapar de la guerra, recordó el medio.
Tras el ataque La Nación lo entrevistó, ahí manifestó que quienes perpetraban ese tipo de ataques «no son personas«.