El río más dulce y mágico de Colombia, una joya que sorprende
Foto: El río más dulce y mágico de Colombia, una joya que sorprende

Con aguas esmeralda y un entorno de selva pura, deslumbra como uno de los mejores destinos turísticos emergentes de Colombia.

Noticias Colombia.

Ubicado en el corazón de Caldas, el río La Miel es uno de los afluentes más cautivadores del oriente del departamento, un tesoro escondido que hoy se abre al turismo ecológico y de aventura.

Nacido en las alturas de la cuchilla La Picona, en el municipio de Marulanda, el río La Miel recorre una zona de abundante biodiversidad y cultura, hasta desembocar en el río Magdalena, en una travesía que abarca varios municipios, entre ellos Norcasia, donde el río alcanza su mayor esplendor.

Este afluente, regulado por el embalse Amaní de la central hidroeléctrica Miel I, fluye con fuerza y calma en distintos momentos, generando un entorno ideal para deportes de aventura como el rafting y el kayak, además de ofrecer una experiencia de contacto único con la naturaleza.

Foto: Facebook – Nuestra Colombia.

El embalse Amaní, además de su función energética, es un punto que enriquece la visita turística al permitir que el río mantenga un caudal promedio controlado, ideal para quienes buscan experiencias de aventura y observación de fauna silvestre.

La Miel cuenta con la confluencia de varios afluentes menores, siendo el río Samaná Sur su principal tributario. Al unirse con el Samaná, el río aumenta su caudal, alcanzando un promedio de 215 m³/s al entrar en Buenavista, un corregimiento de La Dorada.

Este caudal asegura un flujo de agua continuo y caudaloso, permitiendo que el río se conserve como un hábitat rico en flora y fauna autóctonas, así como un sitio de valor ecológico donde sobreviven especies de aves, peces y mamíferos en armonía con el entorno.

Norcasia y la experiencia turística del río La Miel

El acceso al río La Miel en Norcasia inicia en el puente de Hierro, un punto estratégico que conecta la región con el resto del país. Este puente no solo es una ruta vial sino un mirador desde donde los visitantes pueden observar la serenidad de las aguas esmeralda y contemplar el entorno que, durante años, estuvo oculto al turismo debido al conflicto armado.

Hoy, sin embargo, Norcasia ha renacido como un destino de paz y naturaleza, impulsado por habitantes jóvenes que han optado por desarrollar el turismo local y brindar experiencias únicas en el río.

A lo largo de su curso, el río La Miel atraviesa zonas de vegetación exuberante, cañones naturales y playas fluviales. Uno de los puntos más destacados del recorrido es el Cañón de La Miel, donde formaciones rocosas de gran tamaño ofrecen escenarios perfectos para saltos desde hasta diez metros de altura.

Este tramo del río permite actividades de esparcimiento, como nadar en las aguas esmeralda o simplemente disfrutar de la vista de monos aulladores, cormoranes y martines pescadores que pueblan el entorno.

El embalse Amaní, desde su creación, ha permitido mantener un control del caudal del río, lo que no solo beneficia la generación de energía, sino también la viabilidad de actividades turísticas.

Lea: Delfines rosados del Amazonas se extinguirían en menos tiempo de lo que se cree por fuerte sequía del río; dieron fecha

Los guías, capacitados en la Escuela Nacional de Aventura del SENA, dominan cada tramo del río y aseguran que la experiencia sea segura y agradable, adaptándose a las condiciones naturales del río y utilizando técnicas para transportar balsas, incluso desarrollando un sistema de poleas para facilitar el acceso al río desde el puente de Hierro.

La Importancia del Turismo Comunitario y la Resiliencia de Norcasia

La llegada del turismo al río La Miel no solo representa una nueva alternativa económica para los jóvenes de Norcasia, sino también una oportunidad de resurgir de las huellas de la violencia. La experiencia turística en Norcasia es una mezcla entre la comunidad, el patrimonio natural y la aventura; una forma de que habitantes y visitantes compartan un espacio que, aunque fue alguna vez vetado por el conflicto armado, hoy simboliza paz, naturaleza y desarrollo.

Para quienes desean visitar este destino, es recomendable realizar un recorrido adicional por el mirador de Amaní, desde donde se puede contemplar la vastedad del río y del embalse, y también disfrutar de paseos en lancha que ofrecen una perspectiva diferente de este afluente tan representativo del departamento de Caldas.

El río La Miel en Norcasia es, sin duda, un paraíso escondido de Colombia que cautiva a quienes buscan experiencias únicas de naturaleza y aventura, y se perfila como uno de los destinos turísticos emergentes con mayor potencial en el país.

Con información de El Tiempo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí