Algunas construcciones como casas y parte de la torre de la iglesia, aún permanecen en pie.
Noticias Colombia.
En las proximidades del majestuoso Cañón del Chicamocha, reposan los vestigios de un pueblo que una vez fue próspero. Este es el caso de Sativa Viejo, un lugar cuyo destino trágico quedó marcado por un desastre natural ocurrido el 18 de noviembre de 1933.
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Sativa, como se conocía originalmente, fue uno de los municipios más prósperos del norte de Boyacá. Su relevancia histórica se refleja en el hecho de que Simón Bolívar pasó por esta población en seis ocasiones, e incluso se quedó algunos días en ella, ya que era un paso obligado entre Tunja y lo que hoy es el departamento de Santander.
Según la historia, la tragedia que borró a Sativa del mapa se desató cuando llovió durante 15 días consecutivos, lo que provocó una serie de avalanchas y agrietamientos en las montañas que rodeaban el pueblo. Las lluvias intensas causaron el colapso de las estructuras, lo que obligó a los habitantes a evacuar. Sin embargo, algunas versiones sugieren que no fue una avalancha, sino un hundimiento de tierra lo que arrasó con el pueblo.



A la madrugada del 19 de noviembre de 1933, la área urbana de Sativa ya se encontraba completamente en ruinas.
Los habitantes tuvieron que poblar otra zona llamada Sativanorte
Hoy en día, el territorio de Sativa está dividido en tres áreas: Sativanorte, el municipio que se reconstruyó tras el desastre; Sativa Viejo, donde se encuentran las ruinas originales del pueblo; y Sativasur.
De lo que alguna vez fue un próspero municipio, solo quedan algunas casas en ruinas que resistieron el paso del tiempo, además de la torre de la iglesia, construida por los españoles y que se mantiene parcialmente en pie.
A pesar de los esfuerzos de reubicación, algunas personas se negaron a abandonar el lugar. Según el creador de contenido Kevin Bolaños, quien visitó la zona, aún se pueden encontrar algunas casas habitadas entre las ruinas.
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