Una historia algo ‘macondiana’, guarda el inicio de este negocio de comida costeña.

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Narcobollo es uno de esos tipos de negocios, que barranquilleros y cartageneros buscan un fin de semana para desayunar en familia.

Empanadas, carimañolas, arepas e’ huevo, chicharrones, pasteles, jugos naturales, y bollos (limpio, de mazorca, angelito y de yuca), hacen parte del gran menú de opciones que tiene el restaurante, para deleitarse con el gran sabor de la gastronomía de la región Caribe.

 

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Este último, ‘El bollo’, guarda una simpática historia ligada al nombre del negocio de comida costeña.

Todo un Falso Positivo

Cuenta Narcobollo en su página web, que en agosto del año 1989, luego del crimen de Luis Carlos Galán Sarmiento, se produjo un fuerte accionar por parte de las autoridades en contra de los diferentes cárteles de la droga en la época.

En una de esas redadas, la Policía de Cartagena allanó una vivienda sospechosa en el barrio Solariego de Manga, en el ‘Corralito de piedra’.

La casa llamó la atención de las autoridades por la gran cantidad de gente que entraba y salía del lugar.

Rápidamente el inmueble, que era propiedad en ese entonces de un personaje de dudosa reputación, se convirtió en objetivo del ejército y de la Policía Nacional, reseña Narcobollo.

En la madrugada del 21 de agosto un centenar de militares y policías realizaron un riguroso operativo para verificar el sitio.

«Cayeron desde los tejados, arrancaron las rejas, tumbaron las puertas, tomaron por sorpresa a los ocupantes y examinaron hasta el último rincón», detalla Narcobollo en su dirección web.

En el lugar, las autoridades hallaron congeladores y en vez de encontrar coca, en su interior evidenciaron una masas envueltas en hojas frescas.

Los soldados del interior del país se sorprendieron, no tanto los costeños, quienes habían detectado un «falso positivo».

Las masas sospechosas no eran más que: bollos de mazorca, limpio, de angelito y de yuca, envueltos en la tradicional hoja de bijao.

Al parecer, la vivienda había sido alquilada por una persona que llevaba años, vendiendo el tradicional manjar costeño.

Inmediatamente en el barrio se ‘regó la bola’, del craso error de las autoridades y la comunidad comenzó a llamar a los bollos, los «Narcobollos».

Nace Narcobollo

A los propietarios del local se les ‘prendió la chispa’ y en el año 1990, el negocio fue registrado en Cámara de Comercio, como «Narcobollo».

El negocio tomó gran auge ese año y hoy en día cuenta con sedes en Barranquilla, Cartagena, Bogotá y en Miami, Estados Unidos.

Nota: Este es un texto adaptado del periodista Daniel Samper, publicado en el sitio web del restaurante Narcobollo.
Foto de portada: imagen de referencia Facebook @Francisco Javier Taborda Fragozp

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