El joven se para en esquinas y semáforos aferrado a un cartel y a una bolsa de dulces con las que busca la solidaridad de los caleños para alcanzar su sueño.
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La imagen de Jhon Marulanda sosteniendo un aviso que decía «Vendo dulces para pagar mi semestre» quedó en la retina de muchos caleños que admiraron sus ganas de salir adelante por medio del estudio, una opción que en algunos casos no es la que escogen jóvenes que se ven frente a situaciones adversas.
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La historia del joven vallecaucano llamó la atención de la ciudadanía y también de Tubarco.news, medio digital que buscó la manera de contactarlo para que él contará su historia con el fin de conocer en detalle el giro en su vida que lo llevó, sin pena a nada, a vender dulces en las calles de Cali ante la necesidad y las ganas de salir adelante con su proyecto educativo.
John Marulanda reveló que antes de aventurarse a vender dulces, por razones que no detalló, fue despedido de la empresa donde trabajaba, un empleo formal donde devengaba un sueldo de aproximadamente $ 2.500.000 más bonificaciones por metas alcanzadas.
Por ese respaldo económico que representaba su salario, Jhon Marulanda decidió inscribirse en un centro de estudios para comenzar una carrera técnico administrativa, en la que por cada módulo tenía que pagar un poco más de $ 4.800.000. Alcanzó a cursar tres módulos antes de ser retirado de su empleo.
«Me echaron y ya había empezado a estudiar», recordó Jhon Marulanda sobre ese difícil momento que atravesó, pero que no lo frenó en su idea de estudiar y trabajar.
Primeramente, intentó buscar empleo en otras empresas, pero según dijo, las ofertas que se le presentaron no cumplían con sus expectativas e incluso las catalogó como «explotadoras», en el sentido de que para él el salario propuesto no era acorde con los cargos, las responsabilidades que le tocaba asumir y las horas que tenía que laborar durante la jornada.
Fiel a sus convicciones se vio en la obligación de rebuscarse la vida vendiendo dulces en las calles de la ‘Sultana del Valle’ para poder pagar sus obligaciones académicas, eso sí, sin saber cómo le iría en el día a día, pero inspirado en la historia de un joven extranjero que optó por esa medida en otro país para cumplir su sueño de graduarse algún día.
«Mi familia me apoya y los profesores también, saben lo difícil que es», dijo en entrevista con este medio digital, encargado de hacer periodismo ciudadano.
A través de los micrófonos de Tubarco.news, Jhon Marulanda le envió un mensaje a aquellos jóvenes que se frustran ante las adversidades de la vida y ven lejos el poder materializar sus sueños: «No se queden en su zona de comfort».
Acá, la historia contada por Jhon Marulanda a Tubarco.news:
Sobre este interesante caso de superación personal, Tubarco ha recibido varias solicitudes de personas que quieren ayudar a Jhon Marulanda a sacar su proyecto adelante, ya sea con su carrera técnica o con la idea de comenzar a estudiar Lenguas Extranjeras (su verdadero sueño), por eso se espera que pronto la vida de este joven pueda dar un vuelco importante con dirección hacia la meta que tiene trazada, la de estudiar para ganarse la vida.