En Argentina siguen celebrando la condenada perpetua a cinco de los ‘rugbiers’ por el homicidio de Fernando Baéz.

Noticia Internacional.

La noticia de las últimas horas en Argentina ha sido la confirmación de la condena a por lo menos ocho jóvenes que durante el pasado mes de enero del 2020 acabaron a golpes con la vida de Fernando Báez Sosa.

El hecho se presentó cuando la víctima y los atacantes salían de una discoteca en el balneario de Villa Gesell, en Buenos Aires.

Detallaron autoridades locales que al menos cinco de los ocho amigos de jugaban rugby y que tienen entre 21 y 23 años fueron condenados cadena perpetua por el «homicidio agravado por alevosía» de Báez Sosa.

Así como por «concurso premeditado de dos o más personas», lo que significa que por este último tendrán que cumplir además una pena de al menos 30 años de prisión.

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En el caso Baéz, un pisotón desató la agresión

Báez era un joven deportista también, tenía 19 años de edad, esa madrugada, le dieron una paliza.

Mientras él agonizaba en la calle y un centro médico, sus agresores; al menos 11 jugadores de rugbie, hicieron «un pacto de silencio», se fueron a comer pizza y hamburguesa «como si nada hubiese pasado».

En estos años, nunca pidieron perdón a la familia de Fernando.

A inicios de este 2023 la madre de la víctima que estuvo en uno de los juicios con ellos allí en el banquillo del acusado, dijo que salió destrozada, «todo el tiempo me miraban fijamente,  no hay un asomo de arrepentimiento ni nada».

Para los rugbiers, habían pedido pena máxima, cadena perpetua.

En Argentina el caso es seguido por millones de personas que piden «¡Justicia por Fernando!».

Del caso, en su momento se conoció que dado que la trifulca se armó dentro del boliche, la seguridad del lugar sacó a los deportistas, jugadores de Rugby, y a Fernando Báez Sosa, el fallecido, a la calle.

Báez quedó solo y según testigos, se fue a comprar un helado mientras sus amigos salían de la disco.

Pero «los rugbiers» como se les conoce, se le fueron encima. Eran todos contra él.

Nadie en la calle, a pesar de haber otras personas en la zona, intervino.

 

 

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