La actriz colombiana que conquistó la televisión, se apartó de la fama para vivir rodeada de huertas, animales y tranquilidad.
Noticias Entretenimiento.
El pasado domingo 1 de diciembre Colombia conoció una noticia que llenó de tristeza los corazones de muchos: Sandra Reyes, una de las actrices más queridas y reconocidas del país, falleció a los 49 años después de una valiente lucha contra el cáncer de mama.
Su muerte no solo dejó un vacío en la televisión colombiana, sino que también encendió una nueva luz sobre la vida que llevó en sus últimos años, alejada del bullicio de Bogotá y más cerca de la naturaleza.
Desde su salto a la fama con la inolvidable doctora Paula Dávila en Pedro el escamoso y otras produccciones, Sandra Reyes se convirtió en un ícono de la pantalla.
Sin embargo, detrás de su éxito, siempre existió una mujer profundamente conectada con la tierra y la espiritualidad.
Fue esta conexión la que la llevó a tomar una decisión trascendental: dejar la gran ciudad para establecerse en una finca en Ubaté, un municipio conocido por sus verdes paisajes y serenidad.
De la fama a la sencillez del campo
La transición de Sandra Reyes fue más que un cambio geográfico, fue un renacer personal. En una entrevista en 2018, confesó que había adoptado un estilo de vida más simple, casi “hippie”, en sus palabras, que le permitió redescubrirse y reconectarse con lo esencial.
«La cultura hippie es una filosofía de vida que aboga por la comodidad, la paz interior y el respeto por la naturaleza», comentó en aquella ocasión.
En su finca, rodeada de árboles y montañas, Sandra cultivaba sus propios alimentos. De su huerta salían lechugas, rábanos, brócoli, zanahorias y fríjoles, productos que reflejaban su compromiso con una vida autosostenible.
Además, la finca era hogar de varios animales, con quienes compartía un profundo vínculo. Su decisión de mudarse no solo fue una búsqueda de tranquilidad, sino también un legado para su hijo, quien heredó de ella el amor por el campo y los animales.
La conexión entre arte y espiritualidad
Aunque Sandra decidió alejarse de los reflectores, nunca abandonó su pasión por la actuación. Sus últimas participaciones en producciones como la bionovela de Rigo mostraron que su talento seguía intacto.
Sin embargo, su prioridad siempre fue la espiritualidad y el contacto con la naturaleza. Para ella, la finca era más que un hogar: era un santuario donde encontraba paz y fuerza para enfrentar los desafíos de la vida.
- ¿Sandra Reyes se despidió en la última escena de ‘Pedro el escamoso’? Miguel Varoni puso a llorar a muchos con el recuerdo
- Rigoberto Urán, conmovido por muerte de Sandra Reyes; la actriz personificó a su mamá en la bionovela ‘Rigo’
Al igual que la doctora Paula, el personaje que la catapultó a la fama, Sandra enfrentó el cáncer con valentía y dignidad.
Su lucha, marcada por decisiones personales como no someterse a tratamientos agresivos, reflejó su espíritu independiente y su fe en un enfoque más natural y espiritual hacia la vida.
Un legado de autenticidad y amor por la vida de Sandra Reyes
Sandra Reyes no solo será recordada por su carisma y talento en la pantalla, sino también por su autenticidad. En un mundo que a menudo glorifica lo material y lo superficial, ella optó por un camino diferente, priorizando la conexión con la tierra y el bienestar interior.
Su finca en Ubaté, donde vivió sus últimos días rodeada de su familia y seres queridos, se convirtió en el escenario de una vida plena y significativa.
Hoy, mientras el país lamenta su partida, también celebra la lección que dejó: la importancia de vivir de acuerdo con nuestras convicciones, en armonía con la naturaleza y en búsqueda constante de la paz interior. Sandra Reyes, con su sonrisa inolvidable y su espíritu libre, seguirá viva en los corazones de quienes la admiraron tanto en la pantalla como fuera de ella.
Lea también: