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«Su padre está herido y destrozado, no pudo salvarlos», reportaron organismos de socorro.

Noticias Cauca.

Era una madrugada cualquiera en el Cañón del Micay, Cauca. Las familias dormían, ajenas al rugir que comenzaba a gestarse en las entrañas de la quebrada Agua Clarita. Pero esa calma no duraría. Minutos después, una avalancha desatada por el desbordamiento del río sepultó casas, arrasó vidas y dejó a toda una comunidad atrapada en una pesadilla.

En el centro de esta tragedia, tres niños —hermanos inseparables— son ahora el símbolo de un dolor que no se puede describir. Su padre, herido y devastado, contó entre lágrimas que no logró rescatarlos.

«Se los llevó el río… No pude alcanzarlos«, dijo, su voz quebrada, mientras la comunidad intentaba consolar lo inconsolable.

Una emergencia que llegó sin aviso en Micay

Estábamos dormidos cuando pasó”, narró un sobreviviente al borde del llanto. Los líderes comunitarios reaccionaron rápidamente, alertando a las autoridades.

Esneyder Valencia, presidente de Asocomunal de Argelia, recordó cómo las llamadas desesperadas llegaron cerca de la medianoche. «Pedían ayuda médica y ambulancias, pero las condiciones son muy difíciles aquí«, relató a Noticias Caracol.

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Mientras tanto, la Defensa Civil informó que hasta el momento se han registrado entre ocho y diez heridos. Algunos han sido trasladados al hospital de El Plateado, y otros, en estado más grave, al municipio de Argelia.

Los niños desaparecidos son tres hermanitos. Su padre está herido y destrozado, no pudo salvarlos. Además, tenemos un adulto mayor desaparecido”, explicó el alcalde (R) Juan Carlos Sandoval, director de la Defensa Civil en Cauca.

Una comunidad sumida en el dolor

La tragedia ha dejado cicatrices profundas en un territorio ya castigado por la pobreza, la guerra y el abandono estatal. En medio del lodo y los escombros, los habitantes buscan entre lágrimas a sus seres queridos, mientras que las autoridades tratan de coordinar acciones de rescate con recursos limitados.

Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), confirmó la gravedad de la situación. «Se está haciendo todo lo posible, pero las condiciones son adversas. No sabemos cuántos más pueden estar desaparecidos«, dijo con evidente preocupación.

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