Historia de un policía abusado por un sacerdote cuando tenía trece añoste por un sacerdote cuando tenía trece años
"Vivi muchas cosas bonitas", pero entre muchas personas de las cuales asistían a la iglesia asegura, "a mí me tocó conocer el lado oscuro de la iglesia". Fotos: El Tiempo.

Según cuenta, por miedo a ser señalado no contó a sus padres lo que pasaba, era apenas un jovencito como acólito. Años después, ya siendo miembro de la Policía Nacional, «me mandaron a psicología y ahí conté», lo que pasó con un sacerdote.

Noticias Colombia.

La historia de un patrullero de la policía, quien cuenta que fue abusado sexualmente por un sacerdote cuando tenia 13 años, en el departamento del Meta, en el municipio de San Carlos de Guaroa, ha generado distintas reacciones.

Se trata del patrullero Raúl Fernando Bonilla, quién en una entrevista con El Tiempo, habló de lo que pasó aproximadamente 21 años atrás.

«Primero que todo hay que decir que vengo de una familia católica, muy religiosa y cuando yo conocí la iglesia, yo la conocí por medio de la primera comunión», señaló Raúl Bonilla.

Asimismo, indica que le interesó el tema religioso «vivi muchas cosas bonitas», pero entre muchas personas de las cuales asistían a la iglesia asegura, «a mí me tocó conocer el lado oscuro de la iglesia».

Fue en el año 2003, cuando Yesid Gonzáles Durán, se desempeñaba como párroco de la iglesia Santa Teresita de los Andes, «abuso de mí».

Su interés de participar en la iglesia era grande, llegando a convertirse en acólito de la parroquia, pero todo cambió con la llegada de Yesid Gonzáles.

«Lastimosamente a mí me tocó vivir que un hombre mucho mayor que yo, a mis trece años, manipulara mis partes íntimas, tuviera sexo oral con mis partes íntimas», asegura Raúl, quien hoy se desempeña como patrullero de la Policía Nacional.

Luego del abuso, «dañó todo»

Asimismo, indica que con todo lo ocurrido con el sacerdote, ese interés que tenía con la iglesia se acabó.

«Dañó todo, porque dañó la relación tan bonita que yo tenía con la iglesia», manifiesta.

Por lo tanto, Raúl dice que esta persona no lo tomó a la fuerza, sino con engaños siendo un niño, «yo no entendía, solo sabia que estaba mal».

Ante el miedo que tenía, decidió no contarle a nadie, y no solo fue una vez, sino dos veces, cuatro años después de la primera que el sacerdote abusara de él sexualmente.

Luego de unos años, al sacerdote lo trasladaron para Venezuela, pero poco después volvió al pueblo, donde llegó y le dijo que lo quería llevar para Venezuela, ofreciéndole estudio y trabajo. Sus padres aun sin conocer lo que pasaba, accedieron a que Raul se fuera con el sacerdote, «accedí a regañadientes y me fui».

Llegó hasta la ciudad de Bogotá, donde Yesid Gonzáles trato de abusar de él nuevamente, fue ahí cuando el hoy policía, tomó la decisión de no irse con el sacerdote, «me devolví para mi pueblo».

Raúl Bonilla decidió hablar

Pasaron muchos años para que Raúl Bonilla, revelara lo que le había pasado. Siendo ya miembro de la Policía, asegura que tuvo una discusión con unos de sus compañeros, debido a eso lo llevaron a psicología, «y ahí conté».

Sin embargo, desde ese momento en que contó lo sucedido, también tomó la decisión de denunciar al sacerdote Yesid Gonzáles, en el 2014 buscando justicia.

Asimismo, asegura que se dirigió a la Arquidiócesis de la ciudad de Villavicencio, en donde pertenecía la parroquia Santa Teresita de los Andes. La iglesia prometió investigar el caso.

En el 2014, la iglesia tomó la decisión de suspender al sacerdote, de toda actividad ministerial y administrativa. Sin embargo, cinco años después lo expulsaron como sacerdote.

Solo hasta el 2022, Raúl Bonilla conoció que Yesid Gonzáles había sido expulsado. Con dos denuncias interpuestas en la Fiscalía, ahora espera que la justicia actúe.

Visibiliza su caso

Mientras tanto, el patrullero Bonilla, por medio de sus redes sociales, le da visibilidad a su caso, tratando de que haya justicia, una justicia que no ha encontrado, dice.

Estos hechos le causaron un trauma psicológico, que al día de hoy no ha podido olvidar, «el tema psicológico es complicadisimo (…) sanar es muy complejo, aun no entiendo el perdonar», asegura.

«Nosotros los afectados no queremos sacar la iglesia, ni le queremos acabar, ni afectar la fe a cada uno, nosotros simplemente queremos justicia, ya», señaló el patrullero Raúl Bonilla.

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