Big Poppa fue quizá uno de los artistas urbanos de Cali con más proyección en su carrera, se hizo conocido en un reality show, pegó unas cuantas canciones y hoy, pese a las situaciones de su vida y aún estando en la cárcel, no dejó de trabajar con proyectos de impacto social.
Noticias Cali.
Se llama Luis Alberto Prado, pero posiblemente usted no lo conozca por su nombre de pila, pero si le dicen «es el pelao’ Big Poppa», seguramente llegará a su mente la canción ‘Toy Gordo’.
Y es que en algunos sectores de Cali y zonas del Pacífico, esta canción se popularizó no dejaba de sonar.
- «Que nadie les impida luchar por sueños», el mensaje de La kicho, artista del rap en el oriente de Cali
- Salam Chocoley: entre el Rap, el metal y la salsa, un tulueño que quiere conquistar el mundo
- «El que no busca, no encuentra»: Johan Caicedo, el artista del Petronio Álvarez que también le apuesta a lo urbano en el TuFest
Sin embargo la vida de Poppa tuvo un giro de 180 grados luego que lo culparon de un crimen que asegura «no cometió».
En 2017, la Policía capturó al artista por haber sido señalado de homicidio agravado y porte ilegal de armas.
Lo señalaban de haber sido autor intelectual de un homicidio en Cali, pero tiempo después de haber sido retenido y cuando pasaron dos años, fue dejado en libertad tras haber terminado absuelto por un juez.
Muy difícil
En diálogo con TuBarco, Big Poppa mencionó que estar entre rejas es «bravo, porque no puedes ver tu familia, el encierro o no poder comer lo quieras».
Sin embargo, nunca perdió la esperanza de poder salir de la cárcel, por más que el abogado le dijera que «ya casi», así terminaron pasando dos años.
«Es una lucha dura y constante» por la que tuvo que pasar Big Poppa para poder regresar a la sociedad en un proceso de reinserción.
Hoy a través de la cultura y el arte impacta a más de 40 niños del oriente de Cali, poco a poco ha logrado quitarse el yugo de «criminal», como muchos lo han estigmatizado.
El estar en zonas golpeadas por la violencia en el oriente de Cali lo ha hecho inculcar a sus aprendices de que «lo que no pueden expresar con palabras, lo hagan con el baile».