Mancuso en la JEP: nombró militares, policías, empresas, políticos que
El exjefe paramilitar Mancuso, desde Estados Unidos, lleva tres días de audiencia de la JEP, y esta vez, con nombres, datos de lugares y fechas, prendió el ventilador. Foto: JEP.

El exjefe paramilitar Mancuso, desde Estados Unidos, lleva tres días de audiencia de la JEP, y esta vez, con nombres, datos de lugares y fechas, prendió el ventilador. El expresidente Iván Duque, dice que exparamilitar solo está «buscando ingresar a la JEP para no pagar sus crímenes». Lea aquí todo lo que ha dicho Salvatore Mancuso hasta ahora

Noticias Colombia.

Salvatore Mancuso en Colombia es investigado por unos 2300 hechos durante su comandancia de las AUC (Autodefensa Unidas de Colombia), organización que incluso, habría estado relacionada con campañas electorales a la Presidencia, y aunque sigue en Estados Unidos donde pagó una condena, este el pasado 10 de mayo empezó la audiencia que ya completa tres días.

MANCUSO ha nombrado empresas públicas y privadas, y comercios, con las que hacían negocios.

Córdoba, Atlántico y otros departamentos del Caribe colombiano donde el paramilitarismo hizo estragos.

No solo homicidios y muchos falsos positivos, también abusos, nombramientos de funcionarios desde salud hasta manejo de investigaciones judiciales, según Mancuso.

La mayoría de víctimas piden que Mancuso sea traído a Colombia y responda por los crímenes y delitos que cometió, y que ordenó cometer.

Mancuso hablando en la JEP

Este lunes 15 de mayo, sigue la audiencia en la Jurisdicción Especial para la Paz, donde los magistrados le están preguntando sobre distintos temas y hechos puntuales.

Si bien, hasta ahora se basa solo en su declaración, ha señalado que entregará evidencias.

Admeás, muchos de los datos que ha dado, coinciden con hechos de la época del paramilitarismo.

Ha mencionado a militares, policías, a políticos, a líderes de otros sectores y a empresas.

Negociando con empresas…

Le respondió a los magistrados que, Postobón «pagaba 10 millones de pesos mensuales a través de un acuerdo directo» con paras, y que Bavaria, se beneficiaba de poder distribuir donde operaban estios grupos irregulares.

Ecopetrol se beneficiaba porque los paramilitares: «empezábamos a hacer presencia en las zonas donde la guerrilla dinamitaba los oleoductos, disminuyendo estas acciones».

  • «Nos entregaban información del itinerario de bombeo y tipo de combustible. (…) Hubo operaciones en los Montes de María con extracción de combustible acompañados de miembros de la fuerza pública».

Sobre Fedegán en esa época, respondió:

  • «Con Jorge Visbal Martelo hubo muchas reuniones. (…) Y con el gerente del Fondo Ganadero de Córdoba, Rodrigo García Caicedo, y casi siempre con Sabas Pretelt, quien era asiduo visitante de los campamentos de Castaño».

Otros de los acuerdos comerciales de la estructura paramilitar incluyen, «el restaurante ‘L’Enoteca’ que montamos en Barranquilla con Giorgio Sale».

«También hubo inversiones en fincas que servían a los intereses de las autodefensas», aseguró.

  • Crearon empresas como Urapalma, la creó Vicente Castaño. Ahí, lo que practicamente hubo, dijo, «fue un despojo».

«Es imposible mover mil hombres en una zona si no hay un plan coordinado con la fuerza pública».

Injerencia en elecciones…

«Solicito que estos temas podamos hablarlos en audiencia privada”, dijo Salvatore Mancuso a los magistrados de la JEP, cuando le preguntaron por qué, respondió que había nombres de personas poderosas y que muchas, podrían estar en riesgo.

Y es que según él, si hubo «influencia paramilitar en las elecciones de la época, no solo a nivel regional sino también nacional”.

  • Del homicidio de políticos como Héctor Acosta, alcalde de Tierralta. «Nos enteramos de que había pasado una contratación de unas vías como si hubiera sido la Alcaldía. Fuimos las autodefensas, por ello se tomó la decisión de asesinarlo».
Y sobre la contratación pública, respondió:
  • «Había control con los alcaldes donde estaban las regalías del oro, que presentaban producción de oro que no eran de sus municipios».
  • «Lo hacían a través de narcotraficantes que traían dinero lavado de Panamá».
  • «De las contrataciones en Córdoba se permitía el cobro del 20 %. Se pactaba con las alcaldías: el 10 % era para el alcalde y el 10 % para las autodefensas».
  • En instituciones de salud, su cuñado «Manuel Troncoso fue secretario de Salud de la Gobernación (de Córdoba). Ese fue un pacto en contiendas electorales (…) Fueron múltiples los nombramientos que se dieron».
  • «El personero de Tierralta, Carlos Londoño, era miembro de las AUC. Hubo muchos personeros, en diferentes regiones, (que) tuvieron vinculación»
  • «Con la Fiscalía tuvimos relaciones a muy alto nivel, incluso a nivel de fiscal generales de la Nación. A través de ellos nombramos a Rosalba Negrete, directora del CTI, Ana María Flórez, Magali Moreno».
  • «En Norte de Santander falsos positivos se hicieron con la Fiscalía».
  • «En Medellín, hubo un ataque violento de autodefensas contra funcionarios públicos del CTI por investigaciones que tienen que ver con la decisión de muertes de defensores de derechos humanos».

Lo demás: ‘Paras’, militares, policías

Del asesinato del asesinato del presidente de la USO, Aury Sará Marrugo, en 2001, en Bolívar:

  • «Eso fue producto de una orden directa de Carlos Castaño contra Sará Marrugo bajo la acusación de ser un miembro del frente Jaime Bateman Cayón del ELN».

«Es cierto que los hombres bajo mi mando ejecutaban homicidios y se resguardaban tanto en la Policía como en la base militar de Tierralta. Compartíamos inteligencia de manera conjunta. Es cierto que en operaciones como la de Tierradentro estábamos mezclados», dijo Mancuso.

  • «Al teniente Daladier Rivera, a principios de octubre de 1999, en Campo Giles, Tibú, se le entregaron tres guerrilleros muertos en combate por las autodefensas y fueron presentados por el Ejército como si fueran miembros de autodefensas».
  • De masacres paramilitares cometidas en Tibú, Norte de Santander, en 1999, «hubo coordinación con la fuerza pública. Los pobladores pueden dar fe que convivíamos».

Los generales con los que se hicieron coordinaciones militares fueron: «Fernando Roa Cuervo, el general Bravo Silva, Martín Orlando Carreño Sandoval, el coronel Víctor Hugo Matamoros, el mayor Mauricio Llorente», dijo Mancuso en la Audiencia Única de Verdad.

Las masacres…

  • 14 masacres en la región de Montes de María, Bolívar, entre 1999 y 2001, «efectivamente tuvimos coordinación en casi todas estas operaciones».
  • «Entre quienes tuvieron responsabilidad para la ejecución de esos actos atroces estuvieron el vicealmirante Rodrigo Quiñonez Cárdenas, el mayor Juan Bautista Cárcamo, el coronel Ricardo Díaz Granados Mantilla, el mayor Zea, de inteligencia, el capitán Estupiñán…».
  • «Estuvo el capitán Pastrana y el cabo Barreto, que participaron directamente mezclados, Infantería de Marina con autodefensas en la que se conoce como la masacre de Cataca».
  • Las masacres de La Granja y el Aro, Antioquia, en 1996 y 1997, «hubo coordinación desde un año antes de la operación. Yo personalmente estuve reunido con el general Manosalva. Hubo coordinación con las tropas sobre el terreno».
  • La masacre de Pavarandó, en el Urabá chocoano, en 1998, «esto se hizo con la Brigada 17 con el comandante de la brigada para ese momento, ya no estaba Rito Alejo, no recuerdo con exactitud».

«Eran acciones que hacían parte de un plan de lucha contra la guerrilla en ese momento. (…) Hicimos operaciones grandes entre Ejército y autodefensas, como mil hombres de un lado y mil del otro», indicó.

  • «Es imposible mover mil hombres en una zona si no hay un plan coordinado con la fuerza pública».
  • «Donde quiera que (tuviéramos) presencia, teníamos una coordinación que implicaba que había territorios donde teníamos presencia conjunta».

▶️ Con respecto al encubrimiento de acciones criminales, Mancuso reiteró que «hubo presión desde el alto mando militar a Carlos Castaño para que no se dejen las víctimas de autodefensas en los lugares donde el conflicto era intenso. Nos piden que se desaparezcan las personas».

Mancuso volvió a mencionar la desaparición de cuerpos tanto en hornos como en inhumaciones en Venezuela.

El excomandante paramilitar agregó que, «estas desapariciones se dieron en todas las regiones de autodefensas. Se convirtió en un patrón. Había que desaparecer los cuerpos».

El fenómeno del paramilitarismo en Colombia:

 

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