Tacamocho pasó 12 años derribando sus hogares para luego, desplazarse y reconstruir en una zona segura. Sin embargo, era inútil, la erosión del Magdalena llegaba primero.
Noticias Caribe
Hace un tiempo la comunidad del corregimiento de Tacamocho en Córdoba (Bolívar) vivía desplazandose, así se la pasó por más de 10 años. Su causa no era solo por la violencia, era también la erosión que causa el río Magdalena.
Muchas personas demolían con mucho cuidado sus casas, bloque por bloque, la idea era salvarguardar recursos para la próxima casa. Todo era una rutina, esperaban, destruían, se trasladaban y volvían a contruir.
Hasta el momento, la erosión del río Magdalena se ha llevado el puerto, el parque principal, la iglesia y 800 casas, según el censo de la Cruz Roja.
Aúnque según reportes oficiales, había empezado hace 12 años, pero las personas adultas del pueblo afirmaron que hace 80 o 90 años, el Magdalena se tragó la mitad del pueblo y que sus ancestros tuvieron que mudarse y reconstruir sus vidas.
En Tacamocho no habían plazas de mercados, ni parques. Sólo casas residenciales que entre ellas, resaltaba una tienda que surtía artículos básicos: enlatados, papel higiénico, agua en bolsa, pan, yogurt, entre otros.
La población vive de la ganadería, de la agricultura y su mayor empleador es el Estado que, acá, es representado por la Alcaldía.
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La historia de cómo el río se lo llevó todo
Según los registros históricos, la vida de Tacamocho estuvo atravesada por el movimiento del agua. Inundaciones de la Depresión Momposina, cuyos primeros registros son de 1715, fueron unos de los primeros causantes de su realidad.
Sin embargo, para los habitantes se volvió una costumbre y cada diez años, aguardaban por una inundación, producida por el Fenomeno de La Niña, ciclo de lluvias extremas.
Entre lo habitual, aprendieron a sembrar en la sequía y a pescar sobre la misma tierra inundada en la creciente, y a calcular hasta dónde podía llegar el agua en las marcas de humedad en las paredes de las casas.
Pero entre el 2007 y 2008 la situación que vivirían años después fue predicha por expertos de la Universidad Nacional, quienes habían arrimado al lugar en un barco. Su llegada había sido contratada por la corporación ambiental Cormagdalena para medir la corriente y la erosión aguas arriba del pueblo.
Uno de ellos lanzó la predicción a todos los presentes: «Este pueblo se lo lleva el río». Su predicción fue entregada en un documento por Cormagdalena en febrero del 2008.
La alcaldía de Córdoba, Bolívar, a la que pertenece Tacamocho, intentó gestionar con autoridades nacionales obras para contener el río. Pero el clima avanzó más rápido.
Más tarde llegó la ola invernal del 2010 y el 2011, que lo único que hizo fue acrecentar el problema. Las consecuencias de la temporada de lluvias fueron tan grandes en Tacamocho, que cambió la dirección del cauce del Magdalena.
Hasta ese momento, el río dibujaba una curva antes de llegar al pueblo y lo cruzaba por una tangente. «Ese año el caudal cortó la tierra, se saltó la curva y comenzó a fluir de frente hacia el pueblo con toda su fuerza», explicaron.
El cambio causó una inundación fuerte en tan solo minutos en las casas, lo cual se vieron obligados a trasladarse al Jarillón. Solo meses después, el agua fue bajando, así que reconstruyeron lo que se había caído y siguieron su vida.
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Nueva tierra
Ante esta situación, el Consejo de Estado ordenó la pronta rehubicación del pueblo, pues se lo estaba tragando el río. Este año, el 2023, se compró el predio. Luego de entrega de las escrituras, siguen los estudios ambientales para el uso del suelo y de los estudios, la delimitación de las casas, las calles, el colegio y un hospital, componentes para erigir un pueblo.
El nuevo Tacamocho estará ubicado en un lote de 32 hectáreas de extensión conocido como «La Aduana y La Fe», contará con 22 manzanas y se beneficiarán 627 familias.
Sin duda lo que costará más es mover el pueblo. En total, según la gobernación del Bolívar, mover a Tacamocho cuesta unos 140.000 millones de pesos, más que el presupuesto total de la alcaldía de Córdoba. Por lo que, su reubicado depende de las instituciones nacionales: el Ministerio de Vivienda y la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo.
Esta última es la encargada de gestionar ayudas para personas afectadas en el país y reubicaciones en casos graves como el de Tacamocho.
«Hoy hemos dado un gran paso con la compra del lote, hoy podemos decir que se materializó lo que por mucho tiempo anhelamos y agradecemos profundamente al Gobernador y a su equipo por toda su gestión», dijo Mabelin Gamarra, habitante de Tacamocho.