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Una mujer ingresó a la peluquería preguntando por extensiones de cabello, mientras su acompañante desenfundaba el arma.

Ocurrió hacia las 4:00 p.m.

Una mujer joven, tez morena, llegó hasta la peluquería en el barrio Manuela Beltrán a preguntar por pelo humano. Lo que buscaba era una peluca de $30 mil. Pero no había. Así que insistió y pidió que le dejaran medirse otra menos costosa.

Así que la encargada de la peluquería le permitió que ingresara. Entonces el hombre que la acompañaba aprovechó y entró.

#TuDenuncia Llegaron como clientes a nuestra peluquería en Manuela Beltran, y nos robaron, pedimos que compartan para lograr identificarlos y que la policía los capture.Policia Metropolitana Santiago De Cali

Posted by TuBarco on Wednesday, March 11, 2020

Todo era normal. La mujer tomó la peluca, se la ofreció a quien fingía de cliente, hasta que el hombre sacó el arma.

«Métase al baño, métase al baño o se lo quemo», le dijo. No era posible hacer otra cosa, así que la mujer accedió. En ese momento, la peluquería quedó a merced de los dos delincuentes. 

Tiraron bolsos. Buscaron en todos los rincones y lograron llevarse 4 planchas para el cabello, 3 secadores varias lociones, además de extensiones de cabello humano, esmaltes y otras pertenencias.

En total, robaron alrededor de $5 millones.

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En tanto, adentro del baño la otra mujer solo lloraba en silencio.

Aunque se trata de un caso que para muchos no reviste mayor gravedad, lo cierto es que el caso lo que revela son las precarias condiciones de seguridad en que se encuentra la ciudad.

Los hurtos con armas de fuego se han convertido en uno de los delitos más comunes en la ciudad que parecen solo tener importancia cuando terminan en asesinato.

«Pero eso no puede seguir pasando. Las autoridades deben hacer algo porque a uno le cuesta mucho tener sus cosas para que se las quiten de esa manera», dijo propietaria del local que fue hurtado. 

Por ahora, agregó, solo queda interponer la denuncia y esperar a que se pueda capturar a los responsables.

Por ahora, también, queda el miedo. Aquella joven obligada a estar encerrada durante cerca de diez minutos en un baño, hoy no sabe si quiere regresar a su trabajo.

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