Foto: Cementerio San Pedro.

Un amor marcado por el escándalo en la familia Amador – Uribe.

Noticias Antioquia.

En el Medellín de 1893, una tragedia de proporciones inesperadas marcó a la élite antioqueña y dejó en luto a cientos de familias. La historia, que combina opulencia, amor, enfermedad y muerte, tiene como protagonista a José María Amador, único hijo varón del acaudalado Coriolano Amador y Lorenza Uribe, una de las familias más influyentes de la época.

Lo que debía ser una historia de éxito y continuidad para el legado de los Amador, terminó en una crisis sanitaria y en uno de los episodios más trágicos de la ciudad.

Su regreso a Medellín no solo marcó el fin de su vida, sino que, involuntariamente, arrastró consigo a unas 160 personas a la muerte.

Un regreso inesperado

José María Amador había sido enviado a Europa con su esposa, Sofía Llano, en 1891. Durante dos años recorrieron el Viejo Continente, mientras sus padres en Medellín preparaban un monumental regalo de bodas: un palacio diseñado por el renombrado arquitecto francés Charles-Émile Carré.

Esta lujosa residencia, conocida como el Palacio Amador, se ubicaba en la esquina de La Playa con La Oriental, una de las zonas más importantes de la ciudad.

Cuando la pareja regresó en 1893, la escena sorprendió a la multitud que los esperaba.

Sofía descendió del carruaje mostrando su avanzado embarazo, mientras José María tuvo que ser ayudado a bajar, demacrado, frágil y gravemente enfermo.

La noticia corrió como pólvora: el hijo del hombre más rico de Medellín estaba muriendo.

Los desesperados intentos por salvarlo

Ante la incertidumbre sobre su estado de salud, los médicos de la ciudad acudieron en masa al Palacio Amador. Sus síntomas eran devastadores: fiebres altas, debilidad extrema y llagas en la piel, signos de lo que hoy se cree fueron sífilis y tuberculosis.

En un intento desesperado por sanarlo, uno de los médicos recomendó un tratamiento insólito: baños diarios en leche de vaca fresca.

Coriolano Amador, con su inmensa fortuna, contrató un hato lechero completo para surtir la casa con el líquido necesario.

Cada mañana, enormes cantidades de leche eran vertidas en una bañera donde José María se sumergía con la esperanza de aliviar su sufrimiento.

Lo que nadie previó fue que los residuos de estos baños, al ser desechados por los drenajes del palacio, terminarían en la quebrada Santa Elena, una fuente de agua clave para la población más pobre de la ciudad.

Decenas de personas comenzaron a recolectar la leche que fluía por la quebrada, creyendo que era un desperdicio valioso.

Una tragedia sin precedentes en Medellín

La contaminación del agua con la leche proveniente del Palacio Amador desencadenó una crisis sanitaria de proporciones fatales. Según registros de la Biblioteca Pública Piloto, cerca de 160 personas murieron debido a enfermedades eruptivas y respiratorias asociadas a esta contaminación.

Aunque en ese momento no se tenía certeza de la causa exacta, los rumores no tardaron en extenderse.

Se vinculó la enfermedad de José María con su supuesto desliz en París y se especuló sobre el impacto de los baños de leche en la epidemia que azotó la ciudad.

El 18 de noviembre de 1893, José María Amador falleció a los 25 años. Su madre, Lorenza Uribe, devastada por la pérdida, ordenó construir un imponente mausoleo en el Cementerio Museo San Pedro.

La estatua de una mujer cubierta con un velo de luto aún reposa sobre su tumba, simbolizando el dolor de la familia y de toda una ciudad.

El legado de la tragedia

Más allá de la muerte de José María y de las 160 víctimas de la epidemia, esta historia dejó una huella indeleble en Medellín. La tragedia impulsó una mayor conciencia sobre la necesidad de un sistema de acueducto seguro y medidas sanitarias más estrictas.

Coriolano Amador, sumido en el dolor, decidió invertir en obras de beneficencia, incluyendo uno de los primeros sistemas de agua potable de la ciudad.

Paradójicamente, la desgracia de su familia sirvió como catalizador para el desarrollo de infraestructuras que mejorarían la vida de miles de habitantes.

@carlosamous 👉🏽Se dice que el bebé falleció también al poco tiempo, dejando a la familia sin herederos varones. 👉🏽Se dice también, que los padres adoloridos por los hechos decidieron construir el primer acueducto público que tuvo la ciudad además de la plaza de mercado de Guayaquil. #Amador #medellin #patrimonio #memoria #cementerio ♬ sonido original – Carlos Amórtegui

Hoy en día, esta historia sigue siendo un misterio lleno de matices. Si bien la conexión directa entre los baños de leche y la epidemia nunca se ha comprobado con certeza, el relato se ha transmitido de generación en generación.

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