En un ataque a patrulla del INPEC en Cauca, murió el “Monstruo de los Cañaduzales”, quien abusó a más de 20 menores en el Valle
Los heridos fueron trasladados a centros medicos de Cali y Popayán. Foto caputras de El Rastro y @CMILANOTICIA

Una emboscada a un vehículo del INPEC resultó en la muerte de cuatro personas y cinco heridas en la vía Panamericana. Entre los afectados por este acto criminal se encontraba uno de los más peligrosos asesinos y violadores en serie: Manuel Octavio Bermúdez, apodado el “Monstruo de los cañaduzales”.

Noticias Cauca.

Este jueves en una emboscada a un carro del INPEC en la vía Panamericana, Cauca, murió el “Monstruo de los cañaduzales», un criminal que pagaba condena de delitos de abuso sexual a menores de edad.

Al menos dos empleados del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y un recluso perdieron la vida tras un ataque al vehículo en el que se trasladaban por la vía Panamericana, dejando además seis personas heridas.

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Manuel Octavio Bermúdez, conocido como ‘El Monstruo de los Cañaduzales’, falleció el pasado 17 de octubre durante un ataque armado a una patrulla del INPEC en la vía Panamericana, que conecta Popayán y Cali.

Este individuo, condenado por delitos atroces contra más de 20 menores de edad, se encontraba siendo trasladado de Popayán a Cali cuando su vehículo fue atacado con armas de largo alcance.

El ataque no solo resultó en la muerte de Bermúdez, sino que también dejó un saldo trágico de dos funcionarios del INPEC y un interno fallecidos.

En varios videos que circulan en redes sociales, se puede observar cómo quedó la patrulla tras el violento ataque. Camiones y vehículos que pasaban por la zona prestaron ayuda para hacer la llamada de emergencia a las autoridades y ambulancias para que acudieran al lugar.

En otro video, se puede ver el momento exacto del ataque, donde dos miembros de disidencias se acercan al vehículo aparentemente con rifles.

La noticia del atentado ha reavivado el recuerdo de los horrendos crímenes perpetrados por Bermúdez, quien se ganó su infame apodo por atraer a niños de escasos recursos a los cañaduzales del Valle del Cauca, donde los asesinaba.

Se sabía desde hace mucho tiempo que Bermúdez estaba recluido en el centro penitenciario La Tramacúa en Valledupar, y hasta el momento no se ha proporcionado información oficial sobre las razones de su traslado a Popayán. El INPEC emitió un comunicado lamentando la muerte de sus dos funcionarios, pero no se ha referido al traslado.

Historial Criminal del «Moustro de los canañazulaes»

Las autoridades lograron identificar a 34 víctimas de Manuel Octavio Bermúdez, lo que le valió el apodo de ‘El monstruo de los cañaduzales’. Su modus operandi consistía en abusar de los menores, ahorcarlos con una soga y dejarlos en los cañaduzales del Valle del Cauca.

En 2002, en Palmira, donde vivía, se registraron la desaparición de 11 niños de entre 9 y 13 años. Su trabajo como heladero le servía como la fachada ideal para atraer a sus víctimas.

Al igual que Garavito, también simulaba ser una persona vulnerable, aprovechando su cojera para convencer a niños de áreas rurales en Pradera y Palmira. Tras su arresto el 18 de julio de 2003, los investigadores quedaron atónitos cuando aceptó sin dudar que había asesinado a más de 20 menores.

Aunque intentó desviar la responsabilidad hacia Luis Alfredo Garavito, el Juzgado Tercero Penal de Palmira lo condenó a 40 años de prisión por el asesinato de 34 niños, a pesar de que inicialmente reconoció solo 23.

Cabe destacar que ‘El monstruo de los cañaduzales’ no recibió la prohibición de beneficios penitenciarios para quienes cometen delitos contra menores, ya que esta normativa se estableció en 2006 con la Ley 1098 del Código de Infancia y Adolescencia.

En respuesta, la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, y el director del INPEC, Daniel Gutiérrez, se reunieron para discutir la seguridad de los funcionarios penitenciarios y evaluar posibles medidas preventivas ante esta creciente amenaza.

Casos de este criminal

Uno de los casos más impactantes fue el de Andrés Felipe Serna, un niño de 12 años desaparecido en 1999 en Palmira, cuyo cuerpo fue hallado en un cañaduzal.

Su modus operandi según el informe del programa EL Rastro era acercarse a niños de escasos recursos, ofrecerles trabajo, ganarse su confianza, abusarlos y asesinarlos.

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