En Santander de Quilichao, Cauca también conocida como la Tierra del Oro, posee uno de los samanes más grandes de sudamerica con más de 100 años es el individuo arboreo más querido en el territorio
Noticias Valle
Uno de los mayores tesoros naturales y símbolo de Santander de Quilichao son los samanes, árboles monumentales que han echado raíces en por más de 125 años. Entre ellos se encuentra el más grande de Sudamérica, un ser vivo majestuoso que sigue siendo testigo silencioso de la historia del pueblo.
Ubicado estratégicamente entre Cali y Popayán, en el norte del departamento del Cauca, Santander de Quilichao es mucho más que un punto de paso.
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Este árbol, considerado el habitante más antiguo del municipio, echó raíces en 1898. Aunque muchos turistas lo perciben como un solo ejemplar, la historia local cuenta que fueron sembradas dos semillas, guiadas desde el Tolima por los sabios Guam y Apay.
El acto simbólico de sembrar este samán fue realizado por tres ciudadanos: el señor José, el señor Joaquín y el señor Aristida, quienes vieron en él la oportunidad de comprometer a su tierra con un monumento natural y nacional.

El samán de Quilichao no solo es un símbolo de longevidad, sino también de grandeza. Es uno de los samanes más grandes de Sudamérica, superado únicamente por otro ejemplar en Brasil.
Su imponente tronco mide 28 metros de circunferencia, su tallo 26 metros y el diámetro total de su copa alcanza los 75 metros. Para abrazarlo completamente se necesitan al menos 8 personas con los brazos extendidos, y para rodear toda su copa, más de 160.


Municipio de oro y samanes
Originalmente, el parque donde se encuentra este gigante natural era conocido como El Samán. No fue sino hasta 1910 que se le dio el nombre de Parque Simón Bolívar, y en 1952 se inauguró la estatua del Libertador, que hoy lo acompaña.
Esta cercanía no es casual: Bolívar tenía un profundo amor por el departamento del Cauca, al cual visitaba con frecuencia, hospedándose en haciendas de la familia Arboleda.
Fue precisamente en una de estas visitas cuando Bolívar recibió una carta del Congreso proponiéndole convertirse en monarca de las tierras que había liberado. Su respuesta fue contundente: prefirió ser ciudadano antes que noble. Esta histórica carta, donde rechaza títulos y poderes, está hoy expuesta en los laterales de su estatua. Para él, ser libertador era un adjetivo de guerra; ser ciudadano, uno de democracia.
Según Jackeline López,Guia profesional Turistica «El respeto por la madre tierra es una práctica ancestral entre los caucanos. Visitar al samán no es solo un acto turístico, sino espiritual. Quienes se acercan a este árbol lo hacen con profundo respeto: lo abrazan, respiran hondo, piensan en sus seres queridos, en sus deseos, en la energía que los rodea.»
Elevan sus pensamientos hasta la copa del árbol, pidiendo perdón por los errores de su generación y agradeciendo por las enseñanzas que este anciano vegetal ha presenciado bajo soles y lunas centenarias.
Así, el samán de Quilichao no es solo un árbol. Es un testigo de historia, un guardián de memoria, un símbolo de resistencia y una fuente de inspiración para que nuevas generaciones crezcan con raíces más profundas, ramas más solidarias y frutos más justos.
Los jóvenes visitan el Gran Samán, árbol representativo y emblemático de Santander de Quilichao. Cumplió 125 años y tiene 28 mts de altura, lo que lo hace ideal para que hacer parte de la ruta para avistar aves como Loro cabeza azul, carpinteros entre otros. #DescubreColombia pic.twitter.com/4lcXAlfjLm
— Fontur Colombia (@fonturcol) April 7, 2023