El difícil camino de Manuel Ranoque buscando en la selva a sus cuatro hijos:
El líder indígena Manuel Ranoque lleva días buscando a sus hijos, reconoce que no está bien anímicamente. El cansancio se le nota. Pero, "tengo fe", dice.

Días, noches, madrugadas alertas; junto a los militares buscando a los niños. Lo dice, «días difíciles». Son todos sus hijos, Manuel Ranoque los busca sin parar, mientras lidia con el duelo de la muerte de su esposa.

Noticias Colombia.

Los cuatro hermanos: Lesly, Soleini, Tien y Cristin (esta última de 11 meses de edad) estarían con vida tras el accidente de la avioneta en la que murió su madre, y otros dos adultos el pasado 1 de mayo, su padre, Manuel Ranoque, quien esperaba encontrarse con ellos tras ese viaje aéreo, hoy, los busca en la selva del Guaviare en límites con Caquetá.

Hasta ahora no hay evidencias directas de que están vivos, pero si ha habido pistas.

Manuel Ranoque se internó en esa espesa selva amazónica colombiana, hace varios días.

Días, noches, madrugadas alertas; junto a los militares buscando a los niños. Lo dice, «días difíciles».

Reconoce que no está bien anímicamente. El cansancio se le nota. Pero, «tengo fe», dice.

El difícil camino de Manuel Ranoque buscando en la selva a sus cuatro hijos: "Anímicamente mal, pero tengo fe"

Aunque fue un golpe duro encontrar la avioneta hecha pedazos, y luego cuerpos. Fue un alivio no encontrar los cuerpos de sus hijos; de 13, 9, 5 años y la bebé de 11 meses de edad.

Lleva el duelo de la perdida de su esposa. Quien murió en el sitio del siniestro ese 1 de mayo, posiblemente. Y se suma la agonía e incertidumbre de cómo y hasta con quién, estarán sus hijos.

Doble tragedia: iban viajando al ser desplazados

La tragedia que vive esta familia indígena, viene de otra tragedia: la de la violencia y la del desplazamiento forzado.

Manuel Ranoque, es el padre de los cuatro niños perdidos y gobernador de la comunidad Puerto Sábalo Los Monos, del pueblo Uitoto.

De ahí tuvo que huir, por amenazas hace más de un mes.

Ese viaje de ellos, era para reunirse toda la familia ya en nuevo lugar.

Ahora, Ranoque debe cumplir con la exequias de su esposa quien murió al parecer el mismo día del siniestro, pues su cuerpo fue hallado cerca de la avioneta. Con ella, el piloto y otro pasajero adulto.

Los niños, estarían vivos pero se ha dificultado encontrarlos.

Él mismo reporta que el clima, el terreno genera condiciones dificiles. Han hecho rituales, «para pedirle permiso al territorio». 

Pistas

“Fuerzas Militares e Indigenas localizan nuevos rastros que alientan la Operación Esperanza”, es el más reciente informe.

La comunicación es compleja en medio de esta zona selvática de la Amazonía colombiana. Incluso por satélite, la información tarda.

Tanto que, fue hace dos días que ubicaron en dos lugares diferentes pañales, tenis, un accesorio de celular, una tapa de tetero y una toalla. Y hace apenas unas horas, se informó al grupo externo.

Por el estado de estos elementos, los menores habrían estado allí entre el 3 y 8 de mayo aproximadamente, lo que permite deducir que existe la posibilidad de que los cuatro niños hayan salido con vida del accidente y posiblemente no sufrieron heridas abiertas pues no se encontraron rastros de sangre”, señalan.

Hace 17 días se insertó el primer grupo de Comandos de las Fuerzas Especiales y ahora, son más de 100 personas, sumando a grupos de indígenas de Putumayo, Caquetá y Cauca, y de la comunidad Nukak, buscando.

Están juntos, compartiendo conocimientos y tácticas.

La situación es tan compleja, que ni los mismos indígenas pueden estar solos, no pueden separarse. Deben permanecer en un determinado radio juntos.

“No se llega a saber qué hay más allá de los 20 metros de distancia y con dificultad los rayos del sol alcanzan a pasar por entre los árboles”, señalan.

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