Totto, la reconocida marca colombiana qué pasó de ser una fábrica en quiebra a un éxito global, estuvo presente en las olimpiadas.
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Totto, la emblemática marca colombiana de mochilas, maletas y accesorios, se ha consolidado a lo largo de 37 años como un referente tanto en Colombia como a nivel internacional. Con más de 600 tiendas en 57 países, Totto ha ganado reconocimiento con su propuesta de diseño, durabilidad y accesibilidad.
El nombre de la marca tendría como base los gustos de su creador. Yonatan Bursztyn, fundador de Totto, era un apasionado fanático del grupo estadounidense Toto en la década de los 80. Decidió adaptar el nombre para su naciente empresa.
Sin embargo, en el Caribe, la palabra «Totto» tenía connotaciones vulgares, lo que representó un desafío inicial para la marca. A pesar de esto, Bursztyn decidió mantener el nombre, que hoy en día es sinónimo de calidad y estilo.
Totto patrocina al Comité Olímpico Colombiano
Totto no solo ha sido una marca de productos, sino también un aliado del deporte colombiano. Durante más de dos décadas, ha patrocinado al Comité Olímpico Colombiano, mostrando su compromiso con el talento nacional.
En julio de 2024 rememoró los 20 años de apoyo al deporte, como patrocinador oficial del Comité Olímpico Colombiano, a través de la entrega de una colección denominada “El Color de Nuestra Tierra“, realizada con diseños funcionales para los diversos momentos que se presentan en los Juegos Olímpicos, tales como los viajes, las premiaciones, los momentos de descanso y, por supuesto, la inauguración.
“Unido a los estilos propios que describen a Colombia, resaltando su biodiversidad, pasión, alegría, arte y color, fueron muchas las manos que ayudaron en su creación, pues un grupo de atletas colombianos seleccionados también validaron la indumentaria desde sus experiencias deportivas y confort”, señaló el comité.
Yonatan Bursztyn, y su historia
En 1987, Yonatan Bursztyn, vio el gran potencial en una fábrica de cuero casi en bancarrota, decide comprarla y reactivar su negocio utilizando la lona para crear una línea de morrales y bolsos.
Lo que comenzó como una pequeña empresa de manufactura de cuero a punto de quiebra, bajo el nombre de Nalsani, hoy es un gran éxito.
Bursztyn viajó a Milán y se empapó de las tendencias que, por aquel entonces, imperaban en la ciudad del diseño. Volvió a Colombia y puso en marcha su primera línea de maletas, maletines y mochilas. Ese mismo año también se creó el primer punto de venta. La marca fue creciendo durante aquellos primeros años noventas, y la expansión de Totto en todo el mundo se fue abriendo primero mercado en África, y más tarde expandiéndose a continentes.
Bursztyn es el quinto de cinco hermanos. Nació en 1959 y se crio en Bogotá. Estudió en el colegio Colombo Hebreo y luego estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Javeriana. Decidió especializarse en Artes Gráficas en Estados Unidos e inició su camino en 1982 en Litotechnion, una litografía fundada por uno de sus hermanos.
“Soñaba con mi proyecto de vida, soñaba con crear algo, desarrollar algo propio”, le dijo a Noticias Caracol.
Bursztyn debía idear una marca fácil de pronunciar y con recordación, entonces cuenta de dónde salió el nombre: “El grupo Totto estaba en su cúspide con la canción África y dije: Totto, me encanta el grupo Totto, Qué tal la marca Totto. Que fuera de moda, que tuviera gracia, que tuviera ganas, que no fuera un morral negro. Que fuera bien hecho, eso fue lo que nos hizo arrancar muy rápido el negocio”.
Desde sus inicios en 1987, Totto se ha dedicado a la creación de productos que combinan diseño y funcionalidad, orientados a un público joven y dinámico. Las mochilas Totto, en particular, han sido un acompañante inseparable de estudiantes y profesionales por igual, convirtiéndose en un símbolo de estilo y resistencia.
Además, Bursztyn ha involucrado a sus hijos en la administración de la empresa, asegurando la continuidad de la marca y su expansión internacional.
