Deformaciones, degeneración de tejidos, cicatrices queloideas, fibrosis, desplazamiento, fístulas; años de recuperación mental y psicológica, los impactos de los biopolímeros en el cuerpo.

Noticias Colombia.

¿Cómo los biopolímeros se convirtieron en un problema de salud en Colombia?, su mal uso y las consecuencias para miles de personas en su físico y su salud, llevó a sancionar una ley, que ahora establecer que es delito aplicarlo indebidamente.

Esta ley, y sancionada por el mismo presidente Gustavo Petro, establece hasta cárcel y millonarias sanciones.

Hay miles de pacientes; aunque en su mayoría mujeres, también hombres, afectados por dicha sustancia.

Ley 2316 sanciona el uso de biopolímeros en Colombia

Como vitaminas, retonificantes, plasma gel o incluso ácido hialurónico hacen pasar a los biopolímeros en algunos centros de estética. Esta es una sustancia derivada del petróleo, y luego de ser aplicada produce un granuloma o cuerpo extraño en el organismo.

¿Por qué no existen cifras reales de quienes han sido víctimas?, y es que a muchos se lo han aplicado, sin decirle que es un biopolímero.

Las consecuencias se notan tiempo después. Muchas veces, con daños irreparables en el cuerpo humano.

Como se trata de una práctica que no es legal, no se tienen registros exactos de quienes se inyectan estas sustancias.

Tampoco, de la cantidad de personas que deciden extraerlas.

Biopolímeros hacen estragos en el cuerpo. En Colombia miles de personas están en procesos de recuperación tras aplicarsélo. Foto: referencia.

Modelos, actrices, cantantes, influencers y comunidad en general, en su mayoría mujeres, han tenido que sufrir; no solo las consecuencia de haber recibido aplicación de este material plástico, sino el señalamiento social.

Ahora finalmente, esta práctica parece tener un alto.

Una ley para frenar el uso de biopolímeros en Colombia

El martes 22 de agosto de 2023, se conoció que el presidente Petro sancionó la ley 2316, que prohíbe el uso de biopolímeros en todo el país.

Dicha ley además castiga hasta con cárcel a quien los aplique.

Su uso en Colombia se convirtió en un verdadero dolor de cabeza y flagelo para quienes han sido víctimas de dicha sustancia, lo que llevó a la discusión de un proyecto que buscaba penalizar la aplicación de biopolímeros.

Tras superar cuatro debates en el Congreso, ha quedado aprobado.

Dicha sanción de acuerdo a la Ley, da una pena que va de 2 a 15 años o más; todo ello «dependiendo de la gravedad del caso», y con multas que oscilan entre 200 y 300 salarios mínimos legales mensuales vigentes.

Este proyecto de ley, que ya había hecho tránsito por la cámara de representantes, con una votación unánime,.

Fue promovido por la senadora Norma Hurtado Sánchez, Partido de la U, y la colectividad de Cambio Radical.

El senador de Cambio Radical Carlos Fernando Motoa, explicó que esta nueva ley “establece todo un marco normativo para proteger a las víctimas de biopolímeros en el país”.

Y fue a través del cirujano Carlos Ríos quien desde Cali, al ver la situación desbordada, dio la alerta y acudió al Congreso.

¿Qué establece dicha ley?

Garantiza la atención de las víctimas, “tanto en el tema de apoyo psicológico como en el tratamiento, retiro y medicamentos. Y se tipifica como delito el uso de sustancias modelantes no autorizadas, con causal agravante si se trata de algún médico, causen lesión permanente o si el procedimiento se realiza a un menor de edad”.

El 95% de las víctimas son mujeres en el país, señaló el senador Carlos Motoa.

Ponerse biopolímeros es muy barato comparado a lo que vale retirarlos. El procedimiento está en alrededor de 30 millones de pesos, y en muchos de los casos los médicos especialistas no logran extraerle el 100% de esta sustancia.

Cabe resaltar que son elementos completamente ajenos al cuerpo y este los rechaza, causando daño y degeneración de tejidos, cicatrices queloideas, pigmentaciones, fibrosis, desplazamiento de la sustancia inyectada, fístulas, enrojecimiento, úlceras e inflamación.

En Colombia el uso de biopolimeros ha sido ampliamente denunciado por personajes de la farándula que han contando en público sus experiencias.

Sin embargo, son mujeres y hombres, que han sido víctimas de malos procedimientos y que, incluso, han perdido sus vidas por tener este producto en sus cuerpos.

casos como el de Gloria, instructora de gimnasio en Medellín, ella decidió recurrir a un cirujano plástico para realizarse un aumento de glúteos por medio de la inyección de biopolímeros, procedimiento que no salió como esperaba, le habían inyectado aceite para carros.
Todas aquellas víctimas tienen en común el duro y tortuoso proceso con la justicia colombiana para que los responsables de estos malos procedimientos paguen por el daño que les hicieron.

En la ley 2316 en el artículo 3 de la norma precisa:

  • El que inyecte o infiltre en el cuerpo de otra persona sustancias modelantes no permitidas incurrirá en prisión de treinta y dos (32) a ciento veinte (120) meses y multa de ciento cincuenta (150) a doscientos cincuenta (250) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
  • Si la conducta fuere cometida por profesional de la salud la pena será de noventa y seis (96) a ciento ochenta (180) meses de prisión.
  • Multa de doscientos (200) a trescientos (300) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
  • Inhabilidad para el ejercicio de su profesión por un término de sesenta (60) meses.
  • Si las conductas descritas previamente se cometieron en menores de dieciocho (18) años o mediante engaño sobre la sustancia modelante no permitida, o afectare el rostro, las penas se aumentarán de una tercera parte a la mitad.

Las víctimas de estos procedimientos además, tendrán el derecho de acceder al sistema de salud para que este cubra todo lo relacionado con su recuperación.

Eso aplica tanto en el régimen contributivo como en el subsidiado del actual sistema de salud.

Elizabeth Loaiza fue la primera mujer de Latinoamérica en tener cirugía híbrida de reconstrucción de glúteos tras biopolímeros en Colombia.

Se unió a varios políticos del país en este proyecto para hacerle frente a la problemática, y estuvo en varias plenarias exponiendo su caso siendo la voz de muchas mujeres.

Se establece que por parte del MinSalud, sea creado un listado de instituciones en el país donde se pueden practicar procedimientos quirúrgicos estéticos.

Según cifra, el 70% de los casos de aplicación de estas sustancias en el país es hecho por esteticistas y no por cirujanos plásticos.

Controles …

El Gobierno tendrá un plazo de tres meses para crear un registro sanitario de comercialización y uso de todas las sustancias moldeantes para que las empresas del sector aporten información para analizar la procedencia de los productos.

Por su parte el Invima, tendrá que hacer seguimiento a las sustancias que se estén comercializando en el país.

Deberá promover campañas informativas en comercializadores y usuarios.

Además, la norma lo autoriza para realizar inspecciones relámpago secretas en los centros estéticos y verificar que se estén cumpliendo las disposiciones.

También se deberá crear un listado de instituciones y profesionales habilitados para procedimientos estéticos en el país.

Tendrán que informar si existen sanciones, permisos de funcionamiento e identificación.

Los biopolímeros, por desgracia, no ofrecen un camino seguro en esta travesía estética.

Se convierten en una enfermedad silenciosa, que afecta no solo lo físico sino lo mental y psicológico.

Ahora, con esta nueva ley, buscan darle fin a este problema; en el que también la ciudadanía, debe estar prestar a informarse debidamente.

  • Los pacientes deben verificar los sitios a los que acude para mejorar su aspecto o atender secuelas y cicatrices por enfermedades o accidentes.
Que se reglamente pronto…

El gremio de cirujanos plásticos certificados en el país, aplaudió la sanción de la ley pero esperan que pronto se reglamente y empiece a aplicarse.

A pesar del daño ya demostrado de los biopolímeros en el cuerpo, en Colombia, cada día sigue aplicándose a mujeres y hombres.

La mayoría de las veces, en clínicas de garaje o en sitios autorizados, pero bajo engaños, o por lo menos sin la claridad necesarias para el paciente.

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