Una joven universitaria fue víctima de acoso callejero y cruzó muchos obstáculos para denunciar al acosador

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Camila *, una joven universitaria de 20 años fue víctima de acoso callejero en el sur de Cali

El hecho se presentó el pasado martes cuando ella caminaba por el barrio Valle del Lilí alrededor de las 5:00 de la tarde y de repente un hombre la acosa con palabras y después la cola.

«Yo iba saliendo de mi trabajo y decidí caminar ya que había mucha congestión y no había transporte público», relata.

«Cuando iba por La 14 Valle del Lilí, atrás mío venía una familia, madre, padre e hija y un señor frente a mi, un adulto mayor», expresa.

«Yo siento que el señor se me acerca mucho y yo le dejo espacio en el sendero cuando de un momento se me acerca me dice ‘mamasita rica’ y me toca la nalga», dice la mujer.

«Yo quedé petrificada, empecé a temblar y caminé más rápido, iba más lejos y la familia me llamó porque ellos vieron todo. Llamaron a la Policía y ahí me sentí respaldada y el señor empezó a negar todo», cuenta la universitaria.

Cuando llegó la Policía  la mujer que fue testigo de los hechos empezó a grabar un video que se hizo viral en redes sociales, ahí el hombre queda al descubierto y desmiente lo sucedido.

«El patrullero me sugiere hacer la denuncia en la Fiscalía para que el hombre no quede impune», dice ella.

El viacrucis de denunciar

La joven decidió denunciar el acoso callejero y el proceso fue largo y tedioso, según cuenta ella.

«esos procesos se demoran mucho y por eso muchas mujeres no denuncian»

«La familia que fue testigo me dio su apoyo desde el inicio hasta el final. Cuando llegué me dijeron inicialmente que por ser mayor de edad no eran necesarios los testigos», relata

El hombre fue llevado al CAI de El Caney allí «balbuceaba, decía incoherencias, que a él ni siquiera se le paraba, decía ese tipo de cosas».

El patrullero hizo el informe, después el fiscal le dijo a Camila que que si era necesario los testigos entonces llamó a los señores y ellos llegaron.

Sin embargo debió esperar varias horas a que la atendiera el fiscal. Cuando tuvo la oportunidad empieza a relatar lo sucedido entre lágrimas.

«Hubo muchos obstáculos al momento de hacer la denuncia. Una investigadora escribió todo pero nunca me preguntó nada», cuenta.

Además le dijeron que no podían imprimir la denuncia que tenían problemas con los equipos.

«Allá es cada uno por su lado y no le prestan atención a uno, al final me dijeron que el fiscal lo iba a revisar pero uno no sabe nada», dice Camila

El hombre fue traslado desde el CAI de El Caney al del Guabal, «después me di cuenta que lo soltaron porque no tiene antecedentes y es un delito menor», cuenta.

«me sentí sola, me sentí triste no sabía qué hacer y el asesoramiento al hacer la denuncia no fue el mejor»

«La gente me ha criticado en redes sociales, que como iba vestida que porque no hice nada. Yo no estaba informada, no sabía que hacer ni como reaccionar a este tipo de cosas. Allá en la Fiscalía me sentía completamente sola», concluye la mujer.

¿Qué hay detrás de todo esto?

Consuelo Malatesta, directora del Centro de Acciones Integrales para la Mujer, Cami, explica que el acoso callejero sigue siendo socialmente «un piropo que tenemos que agradecer las mujeres».

«No me extraña que no le hayan puesto atención las autoridades si los feminicidios llevan años archivados en la Fiscalía, solo le ponen atención a casos que salen en la prensa», dice la experta.

«La legitimidad de la violencia no solo sucede en instituciones de justicia, también en la cotidianidad y en la calle. Para las mujeres que nos toquen en la calle es gravísimo, pero para ellos no  y para mucha gente no, incluso genera risa para algunos», explica.

A su vez la subsecretaria de Equidad de Género de la Alcaldía de Cali, Ana Carolina Quijano dice que «el acoso sexual en el espacio público no tiene tipificación en la ley y es difícil para la justicia iniciar un proceso de investigación en estos casos».

«Sin embargo en caso de que esto se presente hay que dirigirse a la Fiscalía», agrega.

Por su parte la abogada Alejandra Osorio Valencia del equipo de atención a mujeres que no están acogidas dice que «no es cierto que una persona adulta no responda, un adulto mayor podría pagar este tipo de casos en domiciliaria», explica Osorio luego de que el hombre haya quedado libre en las calles de Cali.

*El nombre completo de la universitaria fue omitido por su seguridad

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