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Recopila todas las clases de los docentes y a pesar de los difíciles caminos y el inclemente clima, el educador no para de rodar y llevar conocimiento.
Se trata del profesor John Santos de 45 años de edad, nacido en Neiva pero que labora en el municipio de Tello, Huila, quien pese a la compleja situación nacida a raíz de la pandemia y la crisis económica.
El docente, que tiene estudios en filosofía, teología, resolución de conflictos y una maestría en derechos humanos.
Ha aportado su granito para la educación de aquellos pequeños sin acceso a la virtualidad.
La historia de este docente fue dada a conocer por Hazañas Maesttras de Noticias RCN y muestra a otro de esos profesores que realmente aman su profesión.
De aquellos que son capaces de hacer hasta lo imposible para que su conocimiento y enseñanzas puedan llegar a sus alumnos.
En el reportaje el docente cuenta que realiza visitas casa por casa con la intención de entregar el material educativo a los alumnos que no han podido asistir a las aulas y tampoco tienen la facilidad de atender las clases virtuales.
Jhon, recorre varias veredas en una motocicleta, la cual equipó con un parlante para que sus palabras puedan llegar hasta el oído de los chicos que viven en las casas más distantes.
Nació para servir
Su corazón y vocación son grandes, en las veredas que recorre dicen, «nació para servir».
Él, junto con sus colegas dieron vida al programa educativo ‘Aula Móvil’. Con el que han procurado «evitar la deserción y lograr que los jóvenes sigan estudiando en sus casas». En el proyecto, también participan ex alumnos.
«Vamos casa por casa, con el equipo de trabajo de estudiantes que nos están colaborando y docentes, y le cargamos las nuevas guías para el siguiente mes», indicó en el programa.
Gracias a esta labor, el porcentaje de deserción no llega ni al 1 %.
Resaltó que «el 90 % de estudiantes no tiene conectividad porque están ubicados en la zona rural».
Detalló explica a alumnos y padres, cuál es la finalidad de cada clase.
Luego, «les deja una tablet, aunque solo hay 100 disponibles para 870 alumnos, el resto debe usar fotocopias».
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Hecho ello, el docente se ubica en una esquina del pueblo con su moto, enciende el parlante y da rienda suelta a las clases.
Su idea es que su voz, el sonido y les lecciones lleguen al corazón de cada familia y alumno.
