Faltando «15 para las 12», el conductor alcanzó a llegar al sitio donde sus hijos lo esperaban llenos de alegría.
Noticias Colombia.
Una de las imágenes más conmovedoras que dejó la víspera de Año Nuevo fue la protagonizada por un padre y sus dos hijos en la Terminal de Transportes de la ciudad de Medellín.
Mientras se aproximaba a la estación un bus de la empresa Brasilia, dos pequeños saltaban de alegría en el lugar donde millones de pasajeros se han movilizado en la temporada decembrina para arribar a sus destinos.
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Los dos niños no cabían de la emoción al ver llegar el automotor ya que su progenitor era el conductor del mismo.
Cuando finalmente el chofer frenó el vehículo, las puertas se abrieron y los pequeños ingresaron para darle un abrazo de Año Nuevo a su padre.
«Dios mío yo no tengo nada más que pedirte. Me diste la dicha de recibir el año 2023 al lado de mis hijos», posteó el conductor del bus en su cuenta de Tik Tok donde es muy activo.
Acá las conmovedoras imágenes que son virales en redes sociales:
@mauriciomoralesalvarez37DIOS YO NO TENGO MAS NADA QUE PEDIRTE 🙏 Me Diste La Dicha Dios Mío De Llegar A Recibir El 2023 Al Lado De Mis Hijos 🥺😍💖❤️
El conductor habló
Luego de la escena que fue tendencia en internet, Mauricio Morales, protagonista del video, dialogó con el periódico El Tiempo y contó detalles del recibimiento que le hicieron sus dos hijos.
Primero, reveló que hace un tiempo terminó una relación sentimental y ellos han sido su bastión para salir adelante: «Son la razón por la que me mantengo de pie después de haber sufrido una decaída muy grande tras la separación hace 14 meses de una relación de 11 años. Ellos me han sostenido».
Enseguida, contó cuál fue su itinerario antes de darles el Feliz Año Nuevo a sus hijos:
«Ese día yo salí de Cartagena a las 7:30 de la mañana con ruta a Medellín. Acordé con la abuela de mis hijos, porque yo no vivo con ellos, para que me llevara los niños cuando yo llegara. Lo que no sabía era que mi mejor amigo ya había organizado la sorpresa de llevarme los hijos a la terminal», agregó.
Para él lo más importante era verlos antes de que el reloj marcara las doce pero manejando con responsabilidad ya que el conducir es su oficio y lleva vidas al volante.
«Hice ese turno sin parar y aguantando hambre porque veía el tiempo muy medido, pero tampoco me podía exceder en velocidad. Pensé que no iba a alcanzar a llegar antes de medianoche a Medellín, pero gracias a Dios a las 11:48 estaba llegando a la terminal», confesó.
Y concluyó: «Mi amigo cada rato me llamaba a preguntarme donde venía y tuve la felicidad más grande del mundo cuando llegué y vi a mis hijos ahí»:
Foto de portada: Captura de pantalla @mauriciomoralesalvarez37
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