El mensaje de este sábado en ‘Tocando la Puerta’

 

Opinión/Tocando la Puerta

Vivir es un aprendizaje constante y entre errores y fracasos vamos aprendiendo. A veces no aprendemos y repetimos los errores.

Hoy traemos un texto atribuido al rabino Itzhak Pollack, sobre enseñanzas espirituales, que habla justamente que las cosas no vienen solas, sino que son consecuencia de algo que hacemos. Tanto lo bueno, como lo malo que hacemos trae unos resultados.

El relato dice lo siguiente:

«Un campesino acostumbraba a decirles a sus hijos cuando eran niños:

–       Cuando tengan 12 años les contaré el secreto de la vida. Y así pasaron varios años.

Cuando el más grande de ellos cumplió los 12 años, le preguntó ansiosamente a su padre cuál era el gran secreto de la vida que había guardado celosamente.

El padre le respondió que se lo iba a decir, pero que no debía revelárselo a sus hermanos sino a él solo. Entonces el papá le dijo:

–       El secreto de la vida es este: La vaca no da leche.

–       ¿Qué dices?, preguntó incrédulo el muchacho. ¿Cómo así?

–       Tal cual lo escuchas, hijo: La vaca no da leche, hay que ordeñarla. Tienes que levantarte a las 4 de la mañana, ir al campo, caminar por el corral lleno de excremento, atar la cola y las patas de la vaca, sentarte en el banquito, colocar el balde y hacer los movimientos adecuados para extraer el líquido.

Ese es el secreto de la vida. La vaca, la cabra, no dan leche. Las ordeñas, o no tienes leche.

Hay una generación que piensa que las vacas dan la leche. Que las cosas son automáticas y gratis: deseo, pido, y obtengo.

Que la salud no hay que cuidarla, que el amor no hay que cultivarlo. Que todo llega sin hacer nada.

No es así, figuradamente hay que estirar la mano para alcanzar las cosas. Todo esto se resume en un verbo: hacer. La acción es la que hace la diferencia”.

Insiste Pollack en lo siguiente:

“Hay quienes piensan que las vacas dan la leche. Que las cosas son hechas por arte de magia. No. La vida no es cuestión de desear, pedir y obtener. Las cosas que uno recibe son el esfuerzo de lo que uno hace”. Cuando se actúa, se recibe.

La felicidad es el resultado del esfuerzo. La ausencia de esfuerzo genera frustración.

“Las vacas no dan leche. Hay que trabajar por ella.»

Moraleja: Hay una diferencia entre el éxito y el fracaso: ser activo o pasivo.

La importancia de las manos

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