La historia del transporte público en Cali: ¿por qué habían buses de colores?
La historia del transporte público en Cali: ¿por qué habían buses de colores?

El historiador Carlos H. Giraldo Velasco, en una entrevista con TuBarco, contó la historia del transporte público de Cali. Detalles curiosos y nostalgia.

Noticias Cali.

El transporte público es un aspecto vital en la vida de cualquier ciudad, no solo como medio de movilización, sino también como parte de su identidad cultural. En el caso de Cali, la historia del transporte público es tan diversa como fascinante, marcada por una evolución que ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de sus habitantes.

Desde los primeros busecitos halados por caballos hasta los icónicos buses de colores, cada etapa representa un capítulo en la historia de la ciudad.

El historiador Carlos H. Giraldo Velasco, en una entrevista con TuBarco, mencionó que para comprender la magnitud del sistema de transporte público en Cali, es necesario retroceder hasta 1888, cuando dos hermanos franceses introdujeron los primeros busecitos de madera, tirados por caballos, capaces de transportar entre 8 y 10 pasajeros. Estos rudimentarios vehículos recorrían las incipientes vías de la ciudad, marcando el inicio de una era de movilidad para sus habitantes.

Pocos años después, en una evolución significativa, según Giraldo, llegaron los tranvías halados también por caballos. Estos tranvías, con una red de rieles que se extendía desde la Plaza de Cayzedo hasta el Puerto en el río Cauca, ofrecían una alternativa de transporte más eficiente y cómoda para la época.

Sin embargo, no sería sino hasta la llegada de los tranvías de vapor en una etapa posterior, que la ciudad experimentaría una verdadera revolución en su sistema de transporte público.

La era de los buses: de grises a colores vibrantes

El verdadero cambio en el panorama del transporte público de Cali llegaría en 1926 con la introducción de los primeros buses de gasolina. Estos pequeños vehículos, con entradas unilaterales, marcaron el comienzo de una nueva era en la movilidad urbana. Sin embargo, fue en las décadas siguientes cuando se gestaría la transformación más significativa: la llegada de los buses de colores.

El barrio San Fernando, construido por una empresa extranjera, fue el catalizador de este cambio. Para atraer a los habitantes hacia esta zona, se estableció una línea de buses paralela al barrio. Esta ruta, conocida como «Gris San Fernando», sentaría las bases para el concepto de los buses de colores en Cali.

El surgimiento de nombres como «Rojo y Crema», «Verde Plateado» y «Blanco y Negro» no solo añadió un toque de color al paisaje urbano, sino que también reflejó la diversidad y vitalidad de la ciudad. Cada ruta se convirtió en parte de la identidad colectiva de sus habitantes, con historias y anécdotas que se entrelazaban con el tejido social de Cali.

El legado de los buses de colores

Más allá de su función como medio de transporte, los buses de colores en Cali representan un símbolo de la identidad y la historia de la ciudad. Cada ruta, con su propio esquema cromático y su nombre distintivo, es parte del legado cultural que ha perdurado a lo largo de los años.

En palabras del historiador Carlos H. Giraldo Velasco, los buses de colores son portadores de historias fascinantes que trascienden el mero hecho de transportar pasajeros. Desde los mitos y leyendas sobre los conductores fantasma hasta las transformaciones urbanas que han acompañado su evolución, estos vehículos son testigos de un pasado rico en acontecimientos y cambios.

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