El ejemplo de amistad y solidaridad ocurrió en el nororiente de Cali. La Fundación Social Gane las apoya.

Noticias Cali.

«Uno piensa que se va a morir. Imáginese, uno con 40 años y en embarazo. Siempre pensé que me iba a morir». Nada fácil han sido los últimos días para Gloria Amparo Restrepo. Aún con el dolor vivo en su cuerpo, y con la voz ausente de fuerza comienza a contar cómo el nacimiento de su pequeño Miguel Ángel partió su vida en dos.

Aunque ya había sido mamá antes, y su hijo es un adulto, tener a este pequeño resultó tan difícil que su vida estuvo a punto de apagarse.

La historia de Gloria, asesora de ventas de la empresa Gane, comenzó en la Terminal de Transportes de Cali. Allí conoció un amor, en medio de las ventas de chance, trabajo al que se dedica desde hace más de una década.

Fruto del enamoramiento, le llegó la noticia de su embarazo, en contra de todos los pronósticos que decían que sería mamá por segunda vez a esa edad.

Su parto, como el de muchas, se realizó por cesárea. El procedimiento se cumplió pero lo que vino después fue una cadena de eventos que la dejaron «privada», como ella misma cuenta.

«¿Y dónde estoy?»

Después de salir de la clínica, con su niño en brazos, Gloria llegó a su casa esperando que la recuperación de la cesárea se cumpliera de a poco y sin ningún problema.

Pero justo a los seis días después del nacimiento, su cuerpo comenzó a darle señales de alerta que de a poco se transformaron en dolores insoportables.

Su herida se infectó, y con ello llegaron cuadros de altísima fiebre y un escalofrío que le llegaba hasta los huesos. El solo roce de sus dedos en el estómago le resultaba absurdamente doloroso.

Gloria, repentinamente, cayó desmayada en su casa, ubicada en el barrio Fátima, al nororiente de Cali. El dolor la abatió de tal manera que terminó una semana en coma y despertó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario del Valle.

«Solo me acuerdo que cuando me levanté me pregunté ¿y dónde estoy? Y lloraba, lloraba mucho, y preguntaba por mi hijo. Pensaba que estaba solo…».

La historia de dos “chonticas” que cuidaron a un bebé mientras su mamá estaba en coma SuperGiros Gane FS Gane #GenteSupergiros

Posted by TuBarco on Friday, March 1, 2019

Los ángeles

«El temor que teníamos era que ella se nos muriera». De solo imaginarlo, Mariluz Cataño, también asesora de ventas de Gane y amiga cercana de Gloria, rompe en llanto.

Porque ella, madre en tres ocasiones, se imagina lo duro que hubiera sido que uno de sus hijos se quedara solo estando tan pequeño.

Fue ella, en su casa, la que acogió y le cuidó la fiebre a Gloria. «Pensamos que era porque la leche no le bajaba, no pensamos que se iba a poner mal», contó.

Mientras Gloria estaba en una especie de sueño profundo, Mariluz tomó a Miguel Ángel como su hijo. Se quedaba con él todas las noches, en su mayoría en vela.

Lo hacía hasta la mañana siguiente, cuando nuevamente debía ir a trabajar. «A veces, el niño estiraba la «trompita» y buscaba «la teta» y el calorcito de su mamá, pero yo me lo metía debajo del brazo y así se quedaba quietico, y así me pasaba toda la noche, no importaba que me diera sueño en el trabajo», cuenta Mariluz.

Antes de irse a sus labores, Miguel Ángel quedaba al cuidado de Martha Lucía Restrepo, su otra compañera de trabajo, que también asumió el papel de mamá sustituta durante el día.

«Realmente, pensamos que Gloria se iba a morir. Y comenzamos a cuidar el niño, solas. Le tenemos muchísimo cariño al niño, que creo que Mariluz y yo también somos su mamá», contó Martha.

Los relevos se prolongaron durante semanas. Mariluz y Martha cambiaron sus turnos para la venta del chance y así evitaron que el pequeño estuviera solo.

«Si algo hubiera pasado con Gloria, el niño no iba a quedar desamparado», dijo Mariluz.

El apoyo

A la historia de amistad y solidaridad de Gloria, Mariluz y Martha, se unió la Fundación Social Gane, que ahora apoya la manutención del niño con pañales, leche y otros elementos.

Incluso, Ómar Quiñonez, director de la fundación, dijo que hasta con un subsidio de arriendo para Gloria, mientras su cuerpo se recupera.

«Realmente, tengo unas «amigotas» y creo que Dios las va a bendecir por hacer esa labor tan linda conmigo y con mi hijo», dice la mamá del pequeño Miguel Ángel, que por cuenta de esta cadena de sucesos ahora no tendrá una sino tres mamás.

El pequeño, con solo mes y medio, ya tiene, además, otra decena de tías y conocidas en la Terminal de Transportes, en el punto de Gane en el que trabajan sus tres ángeles.

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