Nacido en el Cauca, el esgrima del machete es una forma de arte de la defensa que comprende no solo la técnica, sino también, la danza y la música. Conozca un poco sobre la práctica que se rehusa a ser olvidada.
Noticias Cauca
Cuando se habla de un arte marcial, practicas y saberes de combate, el nombre de Colombia no suele ser lo primero que llega a la mente. Imágenes de increíbles escenas de acción protagonizadas por grandes exponentes del cine como Bruce Lee y Jackie Chan se vienen a la cabeza, pero nunca se llega a pensar en la cadencia que se consigue al esgrimir un machete.
Los deportes en los que el Valle del Cauca ha ganado medallas de oro…
Nacida de orígenes diversos, el grima o el esgrima del machete es una práctica cultural, artística y deportiva de comunidades afrodescendientes del Cauca, que utiliza palos y machetes como armas de defensa personal.
Sin embargo, no se percibe como una práctica de solo «defensa», también está permeada por la interación de varios elementos estéticos, como la danza, los versos, las representaciones, las formas de las armas (materiales, tamaños y fabricación) y la música.
Tampoco se combate en línea recta como en la esgrima europea; sus paradas y movimientos se saltan de arriba a abajo en la que cabe la defensa tanto con el arma como sin ella. Se trata de «tocar y no ser tocado», regla que sí comparten con la modalidad europea.
Lugares
Desde Buenos Aires, Puerto Tejada hasta el departamento del Huila, se practica esta forma de arte marcial. Actualmente, esta práctica cuenta con una sede dedicada a la enseñanza y conservación del saber, llamada Academía de Esgrima y Machete de Puerto Tejada.
«Para mi la esgrima en mi ha cambiado muchas cosas. La forma de entender las cosas y hasta te infunde valores. (…) Uno aprende por el respeto por los demás, aunque yo sé siempre voy a respetar a mi contrincante», manifiesta, el aprendiz Oscar Mina, al documental de Señal Colombia, Sur real.
El deporte en el Valle del Cauca ha ido recuperando el…
Orígenes
Como se ha dicho antes, el arte de esgrimir posee orígenes diversos, lo que quiere decir que provienen desde los saberes de guerra de las civilizaciones africanas occidentales, como también de las reglas y técnicas de la esgrima española en cartillas como Demilad.
Luego de huir de las minas del Pacífico y de las haciendas que rodeaban a Cali y Popayán, familias enteras de afrodescendientes colonizaron la frontera agrícola del curso alto del río Cauca y el Valle del Patía. De esta manera, lograron resistir la presión política y cultural de la sociedad criolla y mestiza, durante el siglo XVIII.
Durante ese tiempo en el que duraron labrando la tierra y fortaleciendo sus saberes en torno a a defensa, les permitió formar guerrillas que apoyaron muchas causas históricas, entre ellas la abolición de la esclavitud y aquellas que prometían el ascenso social y la autonomía.
«Aunque no es muy reconocido, los negros caucanos jugaron un papel muy importante en las guerras de Colombia. Principalmente, en la Independencia de la Nueva Granada, la Guerra de los Mil Días y la Guerra con el Perú», explicó historiador invitado en el documental Esgrima de los caballeros caucanos.
Su participación en estos aconteceres históricos los llevó a la fama de hombres temibles, que en sí era alimentada por un universo narrativo de carácter mágico o fantastico donde los macheteros, los héroes de las historias, exhiben toda clase de trucos mágicos o astucias para librarse de sus enemigos.
«Incluso habían tropas que los iban a enfrentar, pero cuando los veían a ese poco de negros, se devolvían», relató Oscar Mina, aprendiz, al documental de Señal Colombia, La Esgrima de los caballeros caucanos.
Archivo fotográfico de parte la Academia de Esgrima de Machete Puerto Tejada y Sur Real de Señal Colombia.
